martes, septiembre 25, 2007

Resumiendo

Atrás quedaron una Victoria y unas mañas árabes, dos canales holandeses a dos calles de putas y marihuana, un Campoo de Aguilar y una vuelta a tu infancia. Atravesé las montañas leonesas y los páramos castellanos, dormí en refugios de reyes con aguas bravas y amigos. Estuve en la capital del vino camino de Valencia capital de Luna. Y, cómo no, un verano más me perdí siempre que pude en mis playas cueva adoradas.

Hay una Ciudad en un Cabo por delante, dos Ginebras y una reunión gitana en un loft alquilado del Jordaan.

Citando a Sabina...

Por los cerros de Úbeda anduve el otro día
de vuelta a los zaguanes azules de mi infancia,
los olivos bordaban su antigua geometría,
el tiempo es un exilio más cruel que la distancia.

Escarbé en los desvanes de los viejos baúles
buscando en dobles fondos el eco de una brasa,
los años apolillan los besos y los tules,
ninguna edad es buena para volver a casa.

Con su trabajo sucio las uñas del olvido
se ensañan con el luto del alma trashumante,
de todo lo ganado, de todo lo perdido,
apenas sobrevive la sombra de un instante.

Aquí nací; sin bici ni perro que me ladre
dejé en los soportales la huella de mi canto.
Aquí, ya en otro siglo, las hijas de las madres
que amé tanto me besan como se besa a un santo.

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