Por las quebradas encajonadas de la Alpujarra escalan las casas blancas de Pampanario. Por sus vericuetos luminosos murmuran sosegados algunos hippies de la montaña, artistas retirados, turistas perdidos y alpujarreños de quinta generación. Jarapas multicolores a la venta cuelgan de las fachadas. El aire es tan limpio y el sol tan puro que asombra. ¡Piérdete por sus cuestas, bajo sus balcones, sobre sus tejados! Las calles tienen nombres de poetas y sabios. La montaña se abre a la puesta del sol. ¡Asómate al barranco desde sus muretes, sus azoteas, sus fuentes!... Una corriente de agua antigua atraviesa cantarina el pueblo. Y se vierte dulce en el lavadero antiguo y encalado, reluciente. ¡Duermete a su sombra, escuchando sus rumores¡
Por las quebradas encajonadas de la Alpujarra...