jueves, enero 31, 2008

Sudáfrica, Swatzilandia, Lesotho


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En Sudáfrica hay dos mundos que no se mezclan. Uno es blanco y rico. El otro negro y pobre. El primero te habla de costumbre europeas y a él te asomas y entras como uno más. El segundo solo lo ves de pasada, de reojo, en las curvas de las carreteras que atraviesan la Wild Coast, en las calles sucias de Pietersmaritzburg, o en las cocinas de los restaurantes. Es dificil describir Sudáfrica porque uno espera ver en parte el continente negro de los documentales y se encuentra con chozas y pubs, poblados de casas de hojalatas y pueblos idílicos de la costa irlandesa, paisajes europeos y avestruces, rinocerontes, elefantes, impalas, ... Después de 3000 km por este enorme país y tras pasar por Swatzilandia y entrar a la paupérrima Lesotho me voy con la sensación de haber visto la mitad de la mitad, y con ganas de recorrer con más tranquilidad el norte, y los países que esperan al otro lado de la frontera.